domingo

Que pereza parce...

El silencio es lo único que quiero escucharte
El adiós es lo único que quiero darte
El olvido es lo único que no quiero quitarte
Lejos, lejos, lejos, como siempre hemos estado ahora soy yo acá y vos allá y es el mundo perfecto y equilibrado; como debió ser desde siempre sin bing-bang, sin mi padre y sin tu abuelo, sin tu padre adoptándome, sin mi hermana ignorándote.
Sin mi bebiéndome el whiskey que se supone debería consumirte el hígado, sin mi dibujando líneas blancas en la mesa para sentir que odiaba el momento en que la noche acababa y el día rompía violentamente sin darme el chance de tocar una almohada para quedarme allí escuchando los monólogos imparables sobre que? Qué eran todas esas cosas ah?
Ahora yo, ya sentada acá mirando desde donde mirabas entiendo la parte que hizo que pasara el hechizo, ahora puedo traducir las palabras que me hipnotizaban y entiendo que ya no me manejan porque el encanto lo tiene el lugar solito sin tener que oír las eternas historias, bla bla bla bla…
Ya no puedo hablarte.
Ya no puedo mirarte. Y es que… ya me deshojé llegó el otoño y viene pronto el frío…
Ya me fui, yo ya soy otra
Mejor dicho
Si te vi no me acuerdo

1 comentario:

Andrés Meza Escallón dijo...

¡UFF! Me encantó el comienzo de

"El silencio es lo único que quiero escucharte
El adiós es lo único que quiero darte
El olvido es lo único que no quiero quitarte.
".

Y qué bueno que ahora seas otra... ;)